jueves, 31 de diciembre de 2020

«GALA PLACIDIA, DRAMA MUSICAL» (1912)




La Publicidad, 5 de septiembre de 1912

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No acabo de entender qué es lo que había traducido Diego Ruiz... El texto de la obra en que se basaba drama musical estaba escrito en catalán y si alguien la tradujo al castellano fue Josep Brull de 1916.



 

viernes, 25 de diciembre de 2020

UN DIBUJO DE JOSEP BARTOLÍ, DEDICADO A SU COMPAÑERO DIEGO RUIZ (1943)



Un dibujo del libro Campos de concentración1939-194...(México, 1943), de Josep Bartolí (ilustraciones) y Molins i Fàbrega (textos).





 

martes, 22 de diciembre de 2020

DIEGO RUIZ JUZGADO POR JOSEP PALAU I FABRE (1966)

En dos ocasiones, en su Quaderns de l'Alquimista, Josep Palau i Fabre se refirió a Diego Ruiz.

En «Diego Ruiz, contista eminent», un texto datado en el 1 de septiembre de 1966, recuerda su reseña de «Contes d'un filòsof» publicada en las páginas de La Humanitat, el 20 de mayo de 1936— y reproduce un párrafo. A continuación. se reafirma en lo que dijo en aquella ocasión y se duele que en la más conocidad de las antologías de cuentistas catalanes no solo no se recoja ninguno de sus cuentos, sino que ni tan solo se le menciona.

A la relectura d'aquests Contes, al cap de trenta anys, el llibre de Diego Ruiz m'apar encara com un dels millors reculls de contes que s'hagin escrit mai en català, aquell on la problemàtica es planteja, més immediatament, en termes universals, defugint el pairalisme. I no és que jo cregui que no es pot assolir la universalitat des del particularisme més estricte, que és a voltes indefugible i necessari, però també un perill.

Els Contes d'un filòsof són els contes d'un filòsof poeta, sense que cap d'aquests dos adjectius sigui en detriment de l'altre. Diego Ruiz no és ni un filósof que poetitza ni un poeta que es deixa endur per divagacions més o menys filosòfiques. Els seus contes estan escrits a l'altura d'una problemàtica que era molt avançada i actual en el seu temps i que la forca lírica i narrativa de Diego Ruiz ha sabut perennitzar. El mot filòsof és usat aquí en un sentit equivalent al del mot filosofia quan és emprat per Balzac en la sèrie de novel·les titulades «Estudis filosòfics »[...].

L'encert de Balzac fou el d'adonar-se que existia tota una problemàtica de contingut metafísic que el fascinava i a la qual devia de donar sortida, però que no havia de plantejar en termes filosòfics purs, especulativament cosa que li hauria exigit dedicació completa i perllongada, sinó en tant que contingut d'uns subjectes, en tant que forces que habitaven i movien alguns personatges de la gran comèdia del món. Això no vol dir que els problemes siguin falsos o que estiguin mal plantejats, sinó simplement que el que compta, tant com els problemes mateixos o més, és llur projecció en una consciencia humana determinada, llur forca per empènyer aquesta i fer-la actuar en el món. L'encert de Diego Ruiz fou, igualment, el d'adonar-se que aquella problemàtica que el seduïa l'havia de transvasar en contes, en problemàtica narrativa. 

A continuación, recuerda el prólogo de Joan Maragall que abría la primera edición de Contes d'un filòsof (1908) y reproduce dos fragmentos para concluir que solo Maragall supo ver en su momento la singularidad, la grandeza y la fuerza de un «element exòtic en la nostra ànima» que «no s'ha sabut o que no hem sabut aprofitar». 

Palau i Fabre concluye su texto con una referencia a los tres cuentos de Diego Ruiz que considera insuperados en el ámbito de la literatura catalana («Una resurrecció a París», «Virginitat» i «La veu de Madame Ricard»); una cita de otro de sus cuentos («Com em vaig quedar cec», cuya tesis vincula a la obra de Picasso; y una reivindicación reiterada del reconocimiento negado en Cataluña al médico filósofo.

En la breve «[Nota sobre marginats]», datada en el 12 de febrero de 1984, que también pertenece a su Quaderns de l'Alquimista, menciona  a diversos creadores del contexto catalán Eugeni d'Ors, Josep Pijoan, Joaquín Torres García y Diego Ruiz para preguntarse si una característica de la cultura catalana —y síntoma de la decadencia de su destino colectivo— es la fidelidad a la pequeñez y el rechazo de la grandeza.

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También en sus Memòries, en el fragmento titulado «La llengua de l'Alquimista», fachado en el 27 de mayo de 1985, vuelve a recordar la marginación a la que se ha sometido a personajes como Eugeni d'Ors, Joaquín Torres García y Diego Ruiz por parte de los poderes fácticos de la cultura catalana.

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En la relectura de estos Contes, a los treinta años, el libro de Diego Ruiz me parece todavía uno de los mejores libros de cuentos que se hayan escrito nunca en catalán, aquel en el que la problemática se plantea, de la forma más directa, en términos universales, rehuyendo «el pairalisme» [una mentalidad ruralista conservadora e idealizada]. Y no es que yo crea que no se puede alcanzar la universalidad desde el particularismo más estricto, que es a veces inevitable y necesario, pero también un peligro.

Los Contes d'un filòsof son los cuentos de un filósofo poeta, sin que ninguno de estos dos adjetivos aparezca en detrimento del otro. Diego Ruiz no es ni un filósofo que poetiza ni un poeta que se deja llevar por divagaciones más o menos filosóficas. Sus cuentos están escritos a la altura de una problemática que era muy avanzada y actual en su tiempo y que la fuerza lírica y narrativa de Diego Ruiz ha sabido perennizar. La palabra filósofo es usada aquí en un sentido equivalente al de la palabra filosofía cuando es empleado por Balzac en la serie de novelas tituladas «Estudios filosóficos» [...].

El acierto de Balzac fue el de darse cuenta de que existía toda una problemática de contenido metafísico que lo fascinaba y a la que debía de dar salida, pero que no debía plantear en términos filosóficos puros, especulativamente lo que le habría exigido dedicación completa y prolongada, sino como contenido de unos sujetos, como fuerzas que habitaban y movían a algunos personajes de la gran comedia del mundo. Esto no quiere decir que los problemas sean falsos o que estén mal planteados, sino simplemente que lo que cuenta, tanto como los problemas mismos o más, es su proyección en una conciencia humana determinada, su fuerza para empujar ésta y hacerla actuar en el mundo. El acierto de Diego Ruiz fue, igualmente, el de darse cuenta de que aquella problemática que le seducía la había de trasvasar en cuentos, en problemática narrativa.


domingo, 20 de diciembre de 2020

JULIÀ GUILLAMON ESCRIBE SOBRE EL CUENTO FILOSÓFICO DE JOSEP PALAU I FABRE Y MENCIONA EL PRECEDENTE DE DIEGO RUIZ (1987)










El texto íntegro de este artículo puede leerse en:

Solicito de la benevolencia de Julià Guillamon y del editor que me disculpen el hecho de reproducir un fragmento del texto.

Sol·licito de la benevolència de Julià Guillamon i de l'editor que em disculpin el fet de reproduir un fragment del text.