En el hospital psiquiátrico de Salt, formaban parte del personal una veintena monjas de la congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.
Cuarenta años después la madre superiora guardaba un recuerdo excelente del doctor Diego Ruiz. Resulta curioso este testimonio —¿no es verdad?— después haber leído tantas veces que el paso de Diego Ruiz por el hospital psiquiátrico de Salt fue catastrófico.
Durante décadas, gente cargada de prejuicios —o sin el mínimo de prudencia necesaria para callar cuando no se pueden verificar unas acusaciones ajenas— ha ido repitiendo los juicios interesados de los enemigos de Diego Ruiz.
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