lunes, 11 de enero de 2021

UNA NOTA A PIE DE PÁGINA DE ADOLFO BONILLA Y SAN MARTÍN (1907)

A la tendencia idealista podemos referir también la doctrina de un distinguidísimo pensador español contemporáneo: Diego Ruiz, en su profunda Genealogía de los símbolos (Barcelona, Henrich y Cª, 1905; dos tomos de la Biblioteca Sociológica Internacional). Para Diego Ruiz (t. II, pág. 22), la cosa en sí no es sino un resto de las «cualidades ocultas», misteriosamente colocadas en el centro de las cosas en un momento de pesimismo intelectual. La experiencia es siempre una expresión (II, 96), entendiendo por tal, en el sentido más general, «todas las nociones y todos los objetos» (I, 3). El acto mental primitivo, en virtud del cual el espíritu produce las expresiones, es la imposición (ídem, íd). una expresión situada en su lugar es un Símbolo (I, 23), y el Símbolo es lo absoluto (II, 22). «El hombre no puede conocer la parte accidental de las cosas; vive en el centro de todo lo que hay de esencial; el [noumenos] le pertenece. La sensación, en lo que parece ofrecernos de más aparente es numénica» (II, 122). La Experiencia es impuesta; es un a priori (II, 86 y 87).


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